Senser - 【Delusions】

“No planeo morir por ti”
“Ni siquiera planeo morir”

Sentado en el sofá individual no podía dejar de admirar el cuerpo de Ion recostado en el sillón que estaba frente a mí, como si fuera una pieza de arte; sus brazos a los costados de su cuerpo, su rostro tranquilo, sus cabellos ligeramente revueltos y el sutil movimiento de su pecho al respirar.

Poco había faltado para que muriera asfixiado, pero ambos tuvimos la suerte de haberme podido controlar al final en mi arranque de demencia.
Me puse de pie y caminé hasta quedar frente a Ion, pasando gentilmente una mano por sus mejillas.

—Me pregunto qué diría tu madre de esto —murmuré hablando con él, aún sabiendo que no me escuchaba. Me incliné y besé superficialmente sus labios para continuar viéndolo sin apartar la vista ni un segundo.

De haber sabido que así concluiría la noche, le habrías negado la entrada a este invasor.

Mi celular empezó a sonar. Extraño pues recordaba haberlo apagado antes de llegar al departamento. Lo contesté rápido pues no quería que Ion se despertara.

—Despierta~ —dijo la voz, tardé unos segundos para reconocerlo.
—Estoy despierto —respondí un poco molesto mientras me encaminaba a la cocina para no despertar al niño. La voz hizo un sonido que denotaba desilusión.
—¿Qué haces?

“Qué irritante”, pensé mientras me apoyaba sobre el refrigerador.

—Nada, sólo… —medité un segundo antes de responder— bebía un poco. Sabía que no iba a cuestionarme esa declaración.
—Eso es malo —dijo en un tono de fingida inocencia que me hizo soltar una breve risa.
—Díselo a tu novio.

Eso pareció molestarlo pero no me dijo nada y cambió enseguida de tema.

—¿Vendrás el sábado?

Cierto, con todo lo sucedido había olvidado que pronto sería el cumpleaños de Kayonara. Entre Lelouch y Hatsuharu le habían organizado una celebración en casa del segundo muy a pesar de que el cumpleañero no quería ninguna fiesta. Sin embargo de alguna forma Lelouch se las había ingeniado para que aceptara.

—Jum… —solté por el auricular pensativo. Seguramente a esa fiesta irían Yoite y Yukimi a quienes Kayonara apreciaba en sobremanera— No lo sé, ni siquiera sé dónde queda la casa de Haru.

Escuché algunos ruidos lo que me hizo despegar la oreja del auricular mientras entornaba los ojos en la oscuridad. Di algunos pasos para asomarme desde la cocina a la sala, mas Ion seguía recostado en el sofá, sumamente quieto con una respiración apenas perceptible.

—Bakuke~

De pronto algo me hizo saltar de la sorpresa al sentir un roce por mis tobillos. Bajé la mirada instintivamente haciéndome hacia atrás y me encontré con un pequeño gato negro que se frotaba lisonjeramente contra mis piernas. Hice un gesto de fastidio y reprimí el impulso por patear al animal, limitándome a fijar la mirada sobre él con un semblante adusto mientras continuaba hablando.

—Aquí estoy, creí escuchar algo.
—¿Fantasmas?

Me reí en voz baja.

—Ojalá… Debo colgar, me muero de sueño y mañana tengo que levantarme temprano —mentí— luego seguimos hablando.

Colgé sin más y guardé el teléfono en el bolsillo interior de mi chaqueta para regresar a la sala y comprobar que Ion siguiera durmiendo. Ya no había más que hacer ahí; había limpiado minuciosamente el desastre con el licor y recogido las botellas junto con los vasos y todo lo demás, dejando el sitio justo como cuando había llegado. El gato venido de quién sabe dónde había dejado de molestarme, yendo hasta donde Ion reposaba y echándose de un salto sobre su pecho.

Una sonrisa maliciosa cruzaba mi rostro; con suerte el gato se lo comía.


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