"Aquellos once días..." - Acto II


ACTO II: CANSADO



Hoy encontré algo que seguramente mi Maestra encontrará interesante...

Pero cuando entre al cuarto púrpura, ella estaba...

–¡Maestra! (*emocionado*) ¡Mira!, te traje... (*repentino silencio*)
¿Maestra...?
(*largo silencio mientras mira el cuerpo de ella en el suelo. Él tira el regalo... una piedra transparente*)
Tú... ¡¡Eres una estúpida!!

Eso fue precipitado de mi parte...
En cuanto me acerqué y la toqué, pude darme cuenta de que no estaba en manos de la Muerte.
No... (*leve risa*) Sólo estaba desmayada.

–Despierta... (*acaricia sus mejillas*) Por favor.
–(*empieza a abrir los ojos*) Ugh...
–Tómalo con calma. Aquí..... estoy...
(*lleva a su Maestra a la cama y la cubre con las cobijas*)
¿Estás bien? ¿Qué pasó?
–(*respira lentamente*) Ah... No estoy segura... Esa sombra sangrienta que llego al cuarto... Cuando la vi, perdí toda mi energía... Es todo lo que recuerdo...
–¿S–sombra sangrienta?
–No Dead, no puede ser lo que estás pensando. Bloody Mind está muerta. Tú la mataste con tus propias manos... digo, tu guadaña.
–Lo sé.
–Te ves preocupado. ¿Es por el recuerdo de Bloody?
–No... es por...
(*suspiro*) No importa.
(*va a sentarse a las pequeñas escaleras, sus ojos mirando el techo*)
–¿Qué es eso? (*se da cuenta de la piedra aún en el piso*)
–Eh... no es nada (*se sonroja un poco*)
–Es muy grande para no ser “nada”...
–Bien... (*se levanta y toma la piedra*) Es un regalo... para ti...

De repente, sin saber la razón... tuve el impulso de abrazarla, pero no lo hice...
Simplemente le entregué esa piedra y regresé a sentarme a las escaleras.
Aún así, esa sonrisa fue suficiente para mí...
Porque supe de esa manera que ella estaba complacida con su pasivo–agresivo.





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