
ACTO III: LÁGRIMAS

–Maestra Sheik, abre la puerta por favor...
–¡¡Cállate!! ¡¡Déjame sola maldita sea!!
–Pero Maestra...
–¡¡¡Dije que me dejaras sola!!!
–Lo único que haces es estar sola, eso está mal.
–¡¡No te pedí tu opinión niño!!
–¡Está bien! (*molesto*) Si quieres estar sola, si no te importa ya nada, ¡a mí tampoco! Así que puedes estar sola desde ahora porque yo me largo!
Estoy enfermo, ¡¡simplemente enfermo de tu actitud!! Eres muy egoísta. ¡¿Qué acaso no eres lo suficientemente fuerte para vivir sin...?!
Sentado junto a la puerta, guardé silencio y pude escuchar claramente que ella lloraba...
Oh no... la hice llorar...
Nunca solíamos pelear así antes...
Pero la ausencia de Yami está sacando todo de balance.
Entonces, escuché que murmuraba algo...
Oh no... la hice llorar...
Nunca solíamos pelear así antes...
Pero la ausencia de Yami está sacando todo de balance.
Entonces, escuché que murmuraba algo...
–“No te quiero, no te necesito... Todo lo que anhelo es estar en soledad...
Todo eso es una falsedad...
¿Pero por qué?... ¿Por qué no regresas? ¿Qué debo hacer?
Estoy perdiendo mi cordura... por ti... Estoy perdida... sin ti... Yami...
Por favor regresa...”
–"Por supuesto... ¡Por supuesto!..."
"Ella no me necesita en lo absoluto... Lo único que necesita... es a su querido Yami..."
"¡¿Por qué estoy aquí entonces?!"
"Mi Maestra no me necesita. Ya ni siquiera... mi dulce Nakoruru..."
"Nadie..."
(*siente algo húmedo corriendo por sus mejillas*)
"¿Qué es esto?"
"¿Estoy... llorando?..."
"No... eso es imposible... Yo no puedo llorar..."
"¿Qué está pasando? Estas son... lágrimas escarlatas."
(*sonríe*) "Qué tonto soy."
0 Comentarios