
Pero piénsalo bien, porque como sabrás... a mí me gusta comer corazones.
"Y ese dolor era mi espada".
Quiero poder verte, déjame tocarte. Mirar esos ojos distantes hasta hacerlos míos. Hasta hacerlos pertenecerme.
Esta ansiedad que no me deja respirar
Por la falta de tu existencia.
Esta ansiedad que no me deja respirar
Por la falta de tu existencia.
—Qué aburrido... ¡Vamos!, matemos lo que queda de ti y empecemos a ser juntos la Luz y la Oscuridad, por siempre.
—No es el momento Yami.
—Tú eres quien decide cuando liberar tu alma de esa prisión llamada cuerpo.
. . .
—Bueno, no quiero liberar mi alma, no aún.
—¿Por él?
—Por mí misma.
. . .
—El dolor es demasiado Yami. No puedo seguir con esto. Es tan difícil...
—Entonces libera tu alma.
—¡No, ya te lo dije!
—¿Qué te hace seguir?
—...Mi orgullo.
—Orgullo bueno para nada.
—Y...
—¿Sí?
—Mis sueños.
—¡Qué patético! Los sueños son estúpidos e inútiles; sólo te hacen perder el tiempo.
¿Eso es todo? ¿Sueños y orgullo?
—No... Te lo diré en cinco palabras: Aún no es mi momento.
—Como sea.
—Mi corazón está temblando...
—Muriendo lentamente.
Me pides dejarte ir considerando,
mientras disipas tus pensamientos...
—Cayendo... profundamente...
—Tú eres mía Hikari y pronto tomaré tu aliento para siempre.
—Malvado corazón que quiere morir... ¡¡¡Déjame respirar otra vez!!!
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